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Mostrando entradas de marzo, 2022

He vuelto

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 Ha pasado una semana desde mi primera sesión Hoy vuelvo  a ser de nuevo yo. Los chicos se han marchado al cole y yo he cogido mi coche y me he ido a mi lugar favorito, Quinto Real, mi escondite perfecto desde hace más de dos años. Aparco, Elur y yo comenzamos a caminar, sólo camino y me deleito de mis cuadros preferidos, pintados de verdes, ocres y amarillos acompañados con una sutil melodía producida por seres invisibles que revolotean por su hábitat aderezando mi feliz momento. Elur hace de avanzadilla, olisquea, revuelve la hojarasca húmeda y vuelve corriendo a mi lado cuando escucha nuestro silbido cómplice que le indica que ha tomado el camino equivocado. Me cuesta algo más que hace 10 días pero me siento viva, ha sido una semana dura donde la quimio me ha cambiado el rol, me ha trasladado al lado de la enfermedad que no quería cruzar, me ha colocado en el lugar que me corresponde y es difícil de asimilar cuando realmente no me sentía enferma. Sin embargo aquí todos m

La primera Batalla

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  Sábado 13 de febrero, segundo   dia postquimio, una desazón invade mi empequeñecido cuerpo, mis piernas se convierten en alambres inamovibles, ni siquiera por los títeres excepcionales que me acompañan con sus silencios respetuosos ante la situación tan inusitada de ver a su madre al otro lado de la línea. Sufro, suspiro, pero sobretodo recuerdo que las grandes batallas se ganan luchando, no sin sufrimiento pero con vigor por superar ese listón que la vida me ha puesto alto.  Sobre mi cuerpo yace una losa inamovible, creo que hace muchísimo tiempo que no había estado tanto tiempo postrada en mi cama, últimamente y debido a la pandemia cuando el trabajo, mis hijos y mis estudios me lo permitían mi manera de cuidarme ha sido ejercicio y más ejercicio, transitar por los verdes bosques, las áridas Bardenas y escuchar el correr de las aguas cristalinas de los ríos Irati, Arga Aragón y jugar al Pádel ese recién descubierto deporte que saca todo desde mis entrañas,  han contribuido a in

Es mi yo

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 Hoy he estado disfrutando mucho de lo que más me gusta, 7 de febrero he caminado casi 9 km escuchando música, dejando mi mente en blanco y allí a lo lejos he encontrado la vida, ésta que tanto me gusta, un día precioso como no,  en mi pueblo, cerca de mi amada BARDENAS, he encontrado el resurgir, el anhelado brote que consigue germinar de la yerma rama que el invierno dejó desnuda y sóla. El milagro de una  lucha que a sabienda de saberse ganada, porque sabe que cada primavera su deslucido ramaje comienza a vestirse de un nuevo  telar , comienza a revivir,  con pinceladas sutiles que albergarán el polen necesario para poder germinar y reproducirse, y luego convertirse en el ansiado fruto que nosotros las personas arrebatemos antes que la naturaleza por su propio peso las alberge de nuevo al acabar el verano, en la hojarasca que volverá cubrir la tierra de su abono más preciado. Ella sigue luchando por florecer  Yo no sé si llegaré a ganarla pero lo que si sé que mi fruto en esta lucha

Podeis entrar.

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Y una vez que lo nombras, ya no hay marcha atrás. El cáncer comienza a acompañarte cada minuto de tu existencia, mis hermanos, mis amigos, mis compañeros de trabajo,  para ellos ya estoy enferma pero yo no puedo entender por qué, ahora mismo sólo tengo enferma el alma, continuó siendo la misma que ayer, capaz de andar 10 km, jugar un partido de pádel y nadar 1500 metros. Capaz de trabajar 10 horas y después solo descansar tres.   Y Haritz, esa mirada entrañable, ese acompañamiento continuo y sigiloso que intenta mostrar una tranquilidad que no existe, una vigilancia exhausta que intenta no invadir mi silencio. Mis hijos todavía no lo saben, son 14 añicos, adolescentes intentando sobrevivir con sus problemas pueriles, con sus dilemas existenciales y luchando por adaptarse a su nuevo yo conflictivo y dual. Como trasmitirles mi desdén sin mostrar debilidad, como infundir  esperanza cuando mi yo interior no consigue encontrar el interruptor del On . Sólo un pensamiento inunda mi existencia