Sin mi identidad
Después de 5 semanas sin recibir tratamiento, estas semana de nuevo recibiré la inmunoterapia. Tengo que reconocer que durante estas 5 semanas me he sentido a veces un poco como derrotada, pero no por encontrarme mal, sino porque me sentía que no estaba luchando lo suficiente, que este periodo de descanso por culpa del covid fuese a perder la batalla. En esta enfermedad si no me siento activa en la lucha me da la sensación que le otorgo ventaja.
Cada tres tratamientos me han dicho que se hace un tac para ver cómo va el tratamiento, y la verdad que la ansiedad ha vuelto a invadirme, es vertiginosa la vida de un paciente con cancer y los momentos de espera dan un poco de miedo. El saber que no podían darme el tratamiento por el covid tengo que deciros que no me ha sentado muy bien en el ánimo , pero si físicamente. La cuarta dosis de quimio e inmunoterapia me ha afectado bastante en los pies, la sensación de disestesia y el dolor al caminar durante un rato me han hecho bajar mi actividad física un poco, aunque he de reconocer que hoy ya estoy mejorando , y a día de hoy he vuelto a sentirme bien, como hace 6 meses cuando mi pesadilla todavía no había comenzado.
El covid me hizo postrarme durante 4 días en la cama porque la fiebre me aletargó bastante pero poco a poco me he recuperado y vuelvo a ser de nuevo yo.
Cada día cuando me levanto, me miro en el espejo y sigo sin encontrarme, nunca pensé que el pelo llegase a ser tan importante en mi vida, pero ya necesito que salga, necesito reconocerme cuando abro los ojos. Es casi una obsesión , No sé cómo llegar a explicarlo para que se me entienda, pero la caída del pelo durante el tratamiento de quimio hace que cada uno de los enfermos que la padece acabe perdiendo su bien más preciado , pasar desapercibido. Su privacidad se pierde sin autorizarlo.
Yo escribo este blog y decidí perder mi intimidad, pero antes de ello ya sabía que cualquier persona con la me cruzase y no me conociese llegaría a saber sin una palabra que yo tenía cáncer, y aunque os puede parecer normal, es muy duro ver como la persona que ni siquiera saben tu nombre se cruza contigo en la calle y su semblante se vuelve más empático al observar tu pañuelo, o el niño que cruzaba todos los días una sonrisa en el ascensor se esconde tras su madre porque le da miedo la señora que no tiene cejas, o tu sobrino no se acerca por miedo a hacerte daño. Sin embargo cuando el pelo crece todo parece más discreto, vuelves a ser la misma de siempre, la que saluda, la que sonríe al niño o la tía preferida que por un instante siente a los demás que le miran con normalidad.
Hace dos semanas asistí a la primera jornada de pacientes con cáncer de pulmón, estuve reunida con varias personas que padecían esta enfermedad, ninguna de ellas llevaba pañuelo y si me hubiese tropezado con ellos en la calle sin saber que tenían cáncer , nunca lo hubiese sospechado. y tengo que reconocer que sentí mucha envidia, porque el pasar desapercibidos sienta muy bien y yo ya tengo ganas de pasar a lo que en los videojuegos de hoy se denomina segunda fase.
Yo que siempre he sido una persona a la que la estética no le importaba, ahora añoro mi pelo rizado desordenado y algo canoso, siento la necesidad de ir de paseo y olvidarme de que tengo cáncer por un segundo, sin preocuparme si me tropiezo con alguien del pasado, dejando de ser el centro de atención cuando me encuentro con conocidos. A veces necesito desconectar de la realidad y hoy por hoy el pañuelo no me lo permite.
Quiero mirarme en mi espejo y volver a ser yo.
Genial y valiente
ResponderEliminarY volveras a serlo, porque tener cancer no elimina tu esencia, tu yo, aunque a veces te cueste encontrarte. El q te conoce te ve, como eln la película avatar, ven mas alla de un pañuelo o un no tener pelo... Mucha suerte preciosa, que quiero volver a tenerte de compi.
ResponderEliminar