El sonido del silencio





 Después de varios km caminando me he sentado en la orilla del río. El agua corrían con tanta premura que me ha hecho escuchar su silencio, e impregnada por su vigor he comenzado a escuchar el mío y me he convertido en una de esas hojas, que deciden unirse a su caudal y se contonea sin ningún rubor acariciando las pulidas rocas que el paso del tiempo deja a su lado.

Me he sentido viva como el agua que corre, deseosa de llegar rápida y sigilosamente a convertirse en ese mar ansiado que dibuja un atardecer perfecto.


Me he sentido viva al descubrir esos troncos de la frondosa haya que amablemente comparte su espacio con el musgo verde, ese verde que impregna todo lo que toca, que  acaba tiñendo sus hojas de un frescor perceptible por todo el que se acerca a escucharlo, que lo lanza a la vida, que recubre sus torcidas raíces que año tras año, crecen sigilosamente pero sin desperdiciar un ápice de su espacio, se enredan para sujetarse a la vida en una simbiosis que raíz tras raíz  la sujetan impasivas  al paso del tiempo. 







Cuando  miraba cada una de esas raíces me recordaban a mi familia, a sus lazos de unión. a su anhelo por sentirse unida, me veía con cada uno de mis vástagos y a mi marido intentando no desenredarnos jamás, me veía intentando la simbiosis perfecta para disfrutar de lo que más deseamos, nuestra vida, los 4 juntos.

Y entonces me he dado cuenta que la lucha continúa, que son tantas las cosas que nos quedan por vivir juntos que no podemos rendirnos, ni ellos ni yo.

He tenido la suerte de formar mi propia familia, de convertirme en este haya que lucha por no fenecer en el intento de la supervivencia y por suerte mis raíces son robustas . Estoy rodeada de mi musgo verde, que me da color que lo alimentan mis hermanos, mis cuñados, mis sobrinos, mis amigos y aunque el destino sea incierto nunca podrá eliminar mis ganas de vivir. 


Sé que el aniquilante reloj continúa marcando mis horas día tras día, que su manecilla no se detiene como a mí me gustaría, pero debo aprender a marcar mis tiempos, a sentirme viva cada segundo de mi vida, porque  realmente lo que tengo a mi alrededor  es maravilloso.

Y no puedo negar que no estoy enfadada,odio el cáncer ,a mi el cáncer no me he está ayudando en nada, no valoro la vida más ahora que estoy enferma, la valoro más porque sé que es finita, porque ya he percibido la caducidad tan cerca que sólo pienso en renovarme como lo hace el agua cristalina que reinventa cada primavera su camino.


Comentarios

  1. Bonita metáfora Reyes! Raíces árbol/ familia... 😃

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  2. Me he sentido viva ....
    "Y asi tienes que seguir sintiendote, porque eres vida y das vida".
    (Pili Gurpeguipili@gmail.com)

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  3. Siempre pendiente de si has escrito algo,una buena medicina.Un beso grande.

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